jueves, 25 de marzo de 2010

Claus y Lucas. Tertulia


Todo el mundo ha leído y disfrutado de este libro. Ayer V. me decía: -Tenías que elegir más así, como éste, para el taller.
Que se lean con esta facilidad y sorprendan de esta manera.
El libro es una trilogía, y la autora escribió y publicó cada uno de los libros integrantes con lapsos de años.
En el primer libro, Claus y Lucas, dos hermanos gemelos son confiados a su abuela, a la que jamás han visto, y que los llama “hijos de puta”, en el campo. La guerra no permite que continúen en la ciudad. Su madre no puede hacerse cargo.
Comienzan a escribir un Cuaderno en que anotan todo, con un discurso conciso y totalmente denotativo: no hay adjetivos, ni alusiones a sentimientos, creencias, esperanzas. Los hechos son tremendos, su lenguaje desnudo, de una pureza cortante.
Código moral estricto/dureza/ejercicios de endurecimiento. La discusión se centra en la parte ética, aunque no se mencione siempre directamente. Se oye la palabra crueldad, pero es casi común el acuerdo: no es crueldad. ¿Qué es? Algunos piensan que siempre favorecen al débil. Sí, siempre y cuando no suponga un daño para ellos.
Por una parte, según algunos, el estilo recuerda la inocencia, la pureza extrema con que los niños reales hablan del mundo. Esa desnudez de la narración. Por otra parte, el estilo también es requerido por la distancia emocional que se han impuesto, y que el lector necesita para poder contemplar adecuadamente esos hechos tremendos. Los gemelos son uno, no tienen personalidades independientes, y se encuentran separados del resto del mundo por un cristal muy limpio. C. observa que los personajes en esta parte ni siquiera tienen nombre.
En la segunda parte, uno de los dos -¿importa el nombre?- se ve obligado, se obliga, a relacionarse con el mundo. Descubre la amistad y el amor, el deseo lo empuja y, nuevamente, la compasión y la ternura. No por ello siente el menor remordimiento cuando sus intereses lo llevan a atajar limpiamente cualquier amenaza mediante el asesinato si es preciso. Es la parte más clásica, en el sentido de la narración, y de la historia: relaciones lógico-causales, como en las novelas a las que estamos acostumbrados.

La última parte… la última parte hace que la realidad pierda consistencia. Ha habido, como mínimo, dos maneras de leer la novela, una vez llegados a este punto (hay tantas lecturas como lectores, siempre, pero vamos a permitirnos simplificar para intentar resumir y explicar): por una parte, muchos lo interpretamos como una descomposición de la realidad y de las personalidades unívocas, una especie de cubismo literario que nos recuerda a Robbe-Grillet y esa sensación de falta de suelo firme bajo nuestros pies. La realidad no existe, sólo nuestra mirada, la historia que nos construimos, nos contamos y contamos a los demás, y que puede cambiar a nuestro antojo; podemos aferrarnos a una historia, el hecho de narrarla la hace real, o podemos romperla, cambiarla una y otra vez. Como hacen las mentiras continuas y superpuestas en nuestras vidas, la sensación de pérdida es enorme; la angustia.
Otros, sin embargo, A. y B. sobre todo, han sido capaces de leer la novela desde una perspectiva lógica, como una serie de acontecimientos reales y narrados coherentemente a pesar de las mentiras: la historia, completa la narra uno de ellos …¿importa el nombre?, que fue abandonado en un orfanato por su discapacidad física. Desde el principio, es ese hermano el que inventa su historia, y es posible deducir qué es real: él vivió con la anciana, él se exilió, él regresó a buscar a su hermano y a su madre, que permanecieron en su ciudad natal. Él va a visitarlos. La novela narra la relación de ambos con la madre, cuyo amor no tiene ninguno, y la soledad de cada uno sin el otro. Es una perspectiva psicológica, y lógica. A los demás nos sorprendió esta manera de hilar, de dar sentido a la trilogía en su conjunto.
Se hace difícil dar una interpretación global a la trilogía. Se mencionan alteraciones de la personalidad (perspectiva realista), la idea del doble (perspectiva simbólica).
Sea como sea, parece que la evolución a lo largo de los tres libros, va de una distancia emocional que parece casi infinita, pasa por un acercamiento a la vida, a las relaciones con los demás, a los sentimientos, y una final reconstrucción/deconstrucción de la historia de una vida. El estilo de cada libro refleja esta evolución.
Sea como sea, la novela es magnífica, llena de ambigüedad, y poliédrica. Es, desde luego, sumamente original, una novela que merece la pena, sin duda alguna, leer, y que se disfruta. Es la novela que con más unanimidad ha sido apreciada en lo que va de año.
Hay quien se ha sentido indignado por la tercera novela: ¡hacerme esto a mí. Tenerme engañado!
La breve autobiografía de la autora, La analfabeta, la ha leído A. Dice que es tremenda. En la entrevista que se publicó en El País es evidente la autoría de Agota Kristoff: habla como escribe, con esa misma pureza tremenda de su obra. Como en: "Muchas veces he pensado que más habría valido que él hubiera estado dos años en la cárcel que yo cinco en una fábrica. Suiza me parecía el desierto. Lo pasé mal".
Por favor, señoras y señores, añadan, enmienden, continúen, profundicen, glosen, refieran. Para eso es la página.

1 comentario: