domingo, 28 de marzo de 2010

Tristana. Benito Pérez Galdós

Parto de la admiración sin fin que despierta en mí Galdós.

Si en España hubiera un sentir patriótico Trafalgar y El 2 de mayo serían los monumentos épicos nacionales. Mucho más que El Cid. Pero no lo hay, es evidente. Incluso así, el sentimiento épico puede ser comprendido. A punto estuve de levantarme de mi asiento en el cine gritando “¡Vive la France!” tras la escena final del Napoleón de Abel Gance. Y tras el discurso de Kenneth Brannagh en Enrique V –bueno, de Shakespeare- también quería gritar “God save the King” -o the queen or whatever. Sé apreciar una buena narración épica. Tras la lectura de Trafalgar y de El 2 de mayo bien podría haber gritado “¡Viva España!”. Porque la épica es lo que tiene. Aunque también es el género más susceptible de hacerme enrojecer de vergüenza cuando no alcanza la grandeza necesaria, es decir, el 99,99 % de las veces. Es lo que tiene el patriotismo. Sólo hay que ver cualquier película norteamericana.

Una vez me pillé un pedo en una boda y perseguí a un guardiamarina de salón en salón hasta que me prometió que leería Trafalgar. Era guapito, pero no lo perseguí por eso. Me parecía intolerable que no lo leyera. Me parecía estúpido que no fuera lectura obligatoria para un oficial de la marina. Qué desperdicio. Lo habría seguido hasta El Ferrol si no le hubiera arrancado aquella promesa. Lo malo es que no volví a verlo nunca y no sé si la cumplió.

Tristana. Sorpresa siempre renovada ante la riqueza de Galdós. Parto de un desagrado enorme por el desparpajo y la gracia populares, más los del pueblo de Madrí. También resaca de eso, supongo. Me recuerda la sobreactuación y falsedad de muchas películas en blanco y negro, esas chicas de ojos encandiladores y una gracia extrema, con ricito en el pómulo. Sin embargo, Tistana, ah, Tristana. Galdós. Ésta ha de ser una de las reseñas más absurdas que he escrito nunca. Pero he decidido subir todos los comentarios de libros que tengo hechos .o comenzados, como éste-, aunque me parezcan ridículos.

Tristana es tremenda. Tremenda novela. Da ganas de llorar. ¡Tristana! Grandísima mujer, fuerte, inteligente, valiente, llena de alegría. ¿Qué ha pasado? Tristana es un personaje trágico, porque el destino la persigue hasta que la obliga a aceptarlo. ¿Es eso?

Intentaré decir algo con sentido: Tristana es acogida por su tío. No es Catherine Deneuve, de ninguna manera. Aunque acepto a Fernando Rey como a su tío. Tristana es desgraciada por su tío, como se decía antes. Es decir, ya no es una mujer íntegra, ya no es apta para el matrimonio con un hombre decente. Pero a Tristana eso le da lo mismo. A Tristana el qué dirán le resbala. Es valiente y joven, y se enamora. Todo es como un viento de verano, ella puede devorar la vida con su pasión, su inteligencia, su alegría. Es correspondida. No hay moralismo ñoño en esta novela. Tristana sigue viviendo con su tío, personaje encantador, un don Juan decadente, un hombre recto, a su manera. Tristana tiene muchas lecturas; hay que tener en cuenta la parodia, también. Algo ocurre. En la portada de Alianza Editorial hay una pierna ortopédica. Tristana pinta, aprende piano, se extasía, se levanta… ¿Qué ocurre? No… no puedo decir más. El problema del no spoilers… Se me ocurre que podríamos utilizar el “leer más” con aviso de “no leer más” para poder hablar del sentido global de una novela sin temor a estropear su lectura por adelantar demasiada información a aquellos que no la han leído.

Galdós escribe como Dios. Fortunata, Jacinta… Qué mujeres. Qué personajes tan contundentes todos los suyos, qué alejado de lugares comunes, qué vida se siente latir en sus libros. Vaya comentario. En fin, si el entusiasmo sirve de algo, aquí está. Aunque es vergonzoso ponerse a dar palmadas ante Galdós. Como si me pusiera a comentar La Regenta como una novedad. Los maestros lo son por algo. Pero siento como si Galdós no fuera considerado como se debe. A veces no está mal no dar por sentadas las cosas.

Qué comentario. Pero lo dejo. La autocrítica me está anulando últimamente.

Humillados y ofendidos. Fedor Dostoyevski

Editorial Juventud

Se da nota a pie de página, al final, de la recepción de esta novela: un gran éxito popular. Apareció en la revista del hermano de Fedor Dostoiewski, Miguel, y supuso el despegue definitivo de la misma. La crítica se mostró dividida. Algunos la elogiaron sin reparo, pero otros la consideraron demasiado folletinesca y también observaron inconsistencia en algunos caracteres.

Y sí, estoy con ellos. Es un tanto folletinesca: muchas coincidencias inverosímiles en un contexto realista, muchas anagnórisis emocionantes. No es una de las mejores novelas de Dostoiewski, desde luego. Es perceptible su carácter de novela por entregas. Recuerda a las novelas por entregas de Dickens. Pero qué más da. Es un placer volver a leer a Dostoiewski, ahora y siempre.

La aparente simplicidad de una división del mundo en bondad-maldad queda desmentida por la complejidad psicológica de algunos personajes, y por ciertas flechas lanzadas a la oscuridad del alma humana. Unos pocos santos se desenvuelven en un mundo lleno de maldad y locura en que se compran niñas, se disimulan noches de desenfreno y disolución, e incluso algunos de los héroes íntegros y bondadosos sienten esa atracción de lo oscuro. ¿Cómo comprender un amor como el de Natacha, tan excesivo y destructivo para ella? La relación del protagonista narrador, Vania, con la niña, Nelly, es un punto muy oscuro en esta novela. Tiene trece años y está enamorada de él, y él siente por ella un enorme cariño, pero la cuestión es si llega a haber entre ellos algo más que cariño fraternal. Un par de frases en el libro sugieren que así es, un par de silencios llenos de significado. ¿Qué final de capítulo cuenta un regreso a casa?
“Volví a casa. Nelly me recibió con su diáfana carita.”

Parece evidente que Dostoiewski deja abierto el tema de Nelly, sugerido, apuntado como un desarrollo posible y tremendo de la novela.

El personaje del malvado príncipe Valkovski es no poco fascinante, y tenemos la oportunidad de observar sus artimañas en varias ocasiones y de leer dos largos discursos suyos en modo alguno maniqueos o infantiles. Pero la entereza moral de Vania es a prueba de tentaciones. Excepto, sospechamos, por Nelly que no es, de todos modos, para él problema alguno a lo largo de la novela. Nelly es una niña mujer, es un personaje fuera del orden natural de las cosas, un ser especial, un hada, un demonio. Vania ama a Natacha, que ama a Aliocha. Vania permanece a su lado en todo momento, la ayuda en todo, incluso cuando cree que Aliocha la hará desgraciada. Y no lo hace porque espere su oportunidad, sino por un imperativo moral, el del amor incondicional y el respeto a la libertad de los demás para ser desgraciados.

No cuento más. Ya he adelantado suficiente. La novela tiene un ritmo trepidante, mantiene la intriga. Petersburgo es nocturna, fría y llena de nieblas. No hay lugar, en la ciudad, para la pureza.

Claus y Lucas. Agota Kristof

Quinteto, 2007
Claus y Lucas es una novela sorprendente, cuando menos. Muy original. La primera parte –la primera novela, pues es una trilogía cuyos libros se escribieron y publicaron en lapsos de años- es un intento de utilizar un lenguaje denotativo en el que no caben opiniones, sentimientos, aproximaciones. Un intento exitoso, si pasamos por encima de la mirada inevitable, del punto de vista, de que lo que nos muestra -la autora, a través de los gemelos- es sólo algo de lo que nos podría contar, de la infinidad de posibilidades de la vida. Quienes lo hacen son dos niños, en primera persona, para hablar del mundo amenazante en torno a ellos, contra el que se ejercitan: ejercicios de endurecimiento, de inmovilidad, de hambre, de ceguera, de crueldad. Es imposible abrir este libro y no seguir leyendo. No hay ni un adjetivo, ni un verbo de sentimiento. “Sólo hechos”. Los niños no pueden decir “mamá nos quiere”, porque no tienen la seguridad de ello. Dicen “mamá nos abraza y llora”.
En la segunda parte los gemelos se han separado, y la ausencia del otro duele como si uno hubiera sido escindido. Está incompleto. Se abre. Conoce la amistad y el amor. La vida ya no está al otro lado de un cristal. Sin embargo, la tercera parte obliga al lector a reconsiderar esa vida. Es de difícil comprensión, o casi imposible comprensión. ¿Qué es una historia de una vida? La gran mentira es el título de una de las novelas. A través de la narración construimos la vida.
Es una novela experimental, de enorme interés y de lectura ágil. Sin concesiones. Su autora huyó de Hungría a Suiza y tuvo que trabajar durante años en una cadena de montaje. Habla con la misma seguridad con la que escribe, con una sencillez brutal: “No me interesa la literatura”.
Una mujer desesperada intenta ahogar a su bebé recién nacido en un río. Claus –o Lucas, no importa-, le pregunta si necesita ayuda. Él puede ahogar al bebé, si ella quiere. Ella contesta que no, que el momento ha pasado, que no puede. Entonces él los acoge, los ayuda, con la misma sencillez con que habría ahogado al niño. No hay el menor sadismo en esta novela. No hay ninguna crueldad. La impresión de extrañeza es grande a lo largo de la lectura. El distanciamiento de los hechos cambia los hechos.
En fin. Una novela que se puede encontrar ahora en las librerías con facilidad y que merece la pena leer, sin duda. Añado que en el grupo de lectura en que la leímos –yo la había leído antes- impactó y entusiasmó como ninguna otra hasta el momento.

Sandor Marai y su esposa.


Unidos para siempre. Como los cisnes.

viernes, 26 de marzo de 2010

Fotos de Capote


A Truman Capote le gustaba la cámara. Tiene magníficos retratos y muchísimas fotografías acompañado de personajes famosos. Aquí va una pequeña muestra.

jueves, 25 de marzo de 2010

Próximos libros

A sangre fría, Truman Capote
Puro fuego, Joyce Carol Oates

Claus y Lucas. Tertulia


Todo el mundo ha leído y disfrutado de este libro. Ayer V. me decía: -Tenías que elegir más así, como éste, para el taller.
Que se lean con esta facilidad y sorprendan de esta manera.
El libro es una trilogía, y la autora escribió y publicó cada uno de los libros integrantes con lapsos de años.
En el primer libro, Claus y Lucas, dos hermanos gemelos son confiados a su abuela, a la que jamás han visto, y que los llama “hijos de puta”, en el campo. La guerra no permite que continúen en la ciudad. Su madre no puede hacerse cargo.
Comienzan a escribir un Cuaderno en que anotan todo, con un discurso conciso y totalmente denotativo: no hay adjetivos, ni alusiones a sentimientos, creencias, esperanzas. Los hechos son tremendos, su lenguaje desnudo, de una pureza cortante.
Código moral estricto/dureza/ejercicios de endurecimiento. La discusión se centra en la parte ética, aunque no se mencione siempre directamente. Se oye la palabra crueldad, pero es casi común el acuerdo: no es crueldad. ¿Qué es? Algunos piensan que siempre favorecen al débil. Sí, siempre y cuando no suponga un daño para ellos.
Por una parte, según algunos, el estilo recuerda la inocencia, la pureza extrema con que los niños reales hablan del mundo. Esa desnudez de la narración. Por otra parte, el estilo también es requerido por la distancia emocional que se han impuesto, y que el lector necesita para poder contemplar adecuadamente esos hechos tremendos. Los gemelos son uno, no tienen personalidades independientes, y se encuentran separados del resto del mundo por un cristal muy limpio. C. observa que los personajes en esta parte ni siquiera tienen nombre.
En la segunda parte, uno de los dos -¿importa el nombre?- se ve obligado, se obliga, a relacionarse con el mundo. Descubre la amistad y el amor, el deseo lo empuja y, nuevamente, la compasión y la ternura. No por ello siente el menor remordimiento cuando sus intereses lo llevan a atajar limpiamente cualquier amenaza mediante el asesinato si es preciso. Es la parte más clásica, en el sentido de la narración, y de la historia: relaciones lógico-causales, como en las novelas a las que estamos acostumbrados.

Entrevista. Agota Kristoff

En 1986, treinta años después de huir a Suiza con su marido y su hija recién nacida, la narradora húngara escribió en francés El gran cuaderno, primera entrega de una trilogía que la consagró como novelista. En una entrevista en su casa, en Neuchâtel, afirma que ha dejado de escribir y habla de su vida: la infancia en la guerra, el exilio, el trabajo en una fábrica y el éxito.
"Más habría valido que mi marido hubiera estado dos años en la cárcel que yo cinco en una fábrica"
"Peor que la guerra fue la posguerra. Hungría se convirtió en una colonia de la URSS"
"Mi forma de escribir viene del teatro. Diálogo puro. Lo justo, sin relleno, sin grasa"

martes, 23 de marzo de 2010

El detén, Claribel Alegría

El detén es un título -y un libro- que podría pasarse por alto sin problema: ¿qué es un detén, quién es esa niña de la portada, Claribel Alegría escribe novelas? Pero uno, con esa edición de Lumen, vieja, gastada, comprada en un mercado de viejo, sabe que está ante una pequeña obra maestra. Es una historia breve y sencilla dentro de toda esa compresión de sentimientos que la hace profunda y amplísima. Karen, un personaje que físicamente sólo me ha acompañado tres días y tres viajes de ferrocarril, se ha grabado a fuego en mi mente: se esconde en mi cuerpo, huele como mi piel, se ríe en las bocas de la gente y se atreve con lo que no debe contarse, que es casi todo. Karen inventa y vive lo mismo que sufre y camufla: se encuentra en un colegio interno de monjas porque su madre, que se marchó con un tipo llamado Mark, no la llevaba a clase y la tenía totalmente dejada, obligándola a rozarse con el lado más oscuro de la vida, con historias que después Karen explota una y otra vez y ensancha para poder dormir por las noches. Se convierte en una niña envidiablemente descarada y precoz, una rebelde rodeada de niñas dispuestas a ser monjas de mayor y sacrificar todo lo que tengan para dárselo a Dios. Karen elige a una de las hermanas como consejera espiritual y la pervierte con la única arma que puede tener una adolescente: la imaginación, la palabra, su cuerpo. La lleva y la trae como hace con el lector, acercando su pasado como si fueran escenas sacadas de una película morbosa y dominguera. Claribel Alegría tiene una voz exquisita en esta novela y sabe cómo encoger el corazón de Karen que todos tenemos adentro, latiendo bajito, ensordecedor a veces. ¿Que qué es un detén? Un escapulario que silencioso dice: detente, Satanás, detente.

El malestar al alcance de todos. Mercedes Cebrián. (Caballo de Troya, 2004)

Un libro de relatos, para ser exactos 14 relatos y 11 poemas intercalados entre ellos, poemas ajustados al sentido y ritmo de los relatos que los anteceden. El propio título avisa, malestar, y no podemos evitar contraponerlo al concepto de sociedad del bienestar donde nos dicen con tanta insistencia que habitamos. Y eso logra Mercedes Cebrián, al mostrarnos la desazón de unos personajes urbanos, desvalidos, torpes la mayor parte de las veces para adaptarse, ya sea a las convenciones culturales, como en Retóricos anónimos, o a la institución familiar - tan incómodas sus poses para ceñirnos a ellas- como en Aluminosis, el cuento con el que se inicia el libro y que con facilidad nos introduce en el tono del resto. Y otros claramente crueles, como mi preferido entre todos, Resentido de este pie.
Sus relatos destilan humor, acidez con carga de mala leche que finalmente nos rechinan al enfrentarnos y reconocer las poses y sinsentidos en las que nos movemos, al aceptarlas sin más como válidas. Basta una mirada distinta, un sesgo entresacado de la realidad para descubrir el malestar y Cebrián lo logra con la sencillez de sus historias, con un lenguaje adaptado perfectamente a lo que desea contar y que en todo momento leemos como reconocible. Y no es difícil sonreir al final de cada cuento siendo conscientes de que se trata de un espejo en el que no saldríamos del todo bien parados si persistiéramos en la mirada.

Pero Cebrián cuida a sus personajes y la crueldad no deja de ser amable, ese tono tierno del que sabe ver a los demás, imposible sería no verse también a uno mismo, con toda la carga de fragilidad y supervivencia que conllevan las relaciones entre nosotros y el mundo que nos tocó vivir.

Para mí, uno de los mejores libros de cuentos que he leído hasta el momento, al menos el más regular si unimos todos los relatos, de las últimas hornadas de cuentistas en nuestro país.

domingo, 14 de marzo de 2010

Tres comentarios sobre Claus y Lucas

Estos comentarios han sido copiados de Ciao
Comentario 1. De Zoquete
Mis adorables y amantísimos amigos,¡Qué gran deleite y contento me produce agasajaros sin dilación con la insuperable propuesta de apasionada lectura del volumen "Claus y Lucas"! Mi maltrecho corazón se encoge conmovido ante la simple suposición de imaginaros recorriendo las líneas de esta extraordinaria novela. Decidme de veras, con toda honestidad, aun a sabiendas de que todavía no hayáis disfrutado del placer de encontraros con la primera página del libro, ¿no os invade el vértigo, no sentís ya el hormigueo de dejaros cautivar por las verdades como puños que imprime (qué digo imprime, ¡que taladra!) la autora sirviéndose de dos pobres e inocentes angelitos?

Tienda de Voces

Tienda de Voces es una asociación para el fomento de la lectura creada en 2008. Su meta es la difusión de la lectura, en primer lugar, pero, más allá de este objetivo un tanto idealista, pretende incidir en una idea de la lectura como germen de estrategias para el fomento de la lectura: la de que la lectura es un acto.
Hasta no hace mucho se ha concebido teóricamente la lectura (no nos referimos a la práctica individual de la lectura, ajena a los estudios teóricos), como si se tratara de una actividad pasiva, si tal cosa es posible o, más bien, como si no fuera en absoluto una actividad, un acto.
La idea fundamental de Tienda de Voces es que leer es hacer. El lector es el interlocutor de un texto, y este carácter dialógico implica una lectura activa, por la que el lector asume y filtra a través de su experiencia y sus conocimientos del mundo aquello que lee. El resultado de una lectura, es decir, la interpretación, la creación de un sentido en colaboración con el texto, puede explicitarse en un producto, o puede intuirse, esbozar una silueta, como el humo, para diluirse más adelante (que no desaparecer) y puede, por supuesto, transformar una vida.
Tienda de Voces cree que dar forma (escribir, editar, dibujar, incluso enunciar en una conversación) hace que ese ejercicio de interpretación que es la lectura tenga un impacto mucho mayor, tanto en el individuo, lector-creador, como en la sociedad. Por eso compartimos. El diálogo sigue vivo, y abierto. La literatura (el vehículo de la lectura-escritura), el acto de habla (afirmar, mostrar, investigar, eludir, buscar, preguntar; recrear, interpretar, reescribir. Revivir) que es la literatura, -que son el cine, el arte, la mentira, la propia vida cuando se la cuenta uno a sí mismo o a otros-, toma forma material; se puede sostener en las manos.
Además, la lectura es una actividad adictiva: cuanto más se lee más se quiere leer.
-Drugs… -decía William Burroughs en Drugstore Cowboy.
-Historias… - decimos nosotros, a su lado.

jueves, 11 de marzo de 2010

Nieve. Reseña

Nieve es una de las novelas más hermosas que he leído. En ella Orhan Pamuk, además de pintar un cuadro lo suficientemente grande como para introducirse en el drama político y religioso de Turquía, incluye interesantes acercamientos a los temas del amor y el arte.

Recuerdo una idea iluminadora que Pamuk ofrece en palabras de su protagonista, un poeta y supuesto periodista: “Ka me había dicho mucho antes que un buen poeta sólo tiene que girar alrededor de las poderosas verdades que encuentra ciertas pero en las que teme creer porque estropearían su poesía y que es precisamente la música oculta de aquellos giros lo que forma su arte”.

Nieve. La simetría del mundo. Cecilia Dreymüller en El País 24/09/05

Ka, un intelectual europeizado refugiado en Alemania, vuelve a Turquía, a principios de los años noventa, después de doce años de exilio. Al averiguar que Ipek, un antiguo amor de facultad, se ha divorciado de su marido y vive en una apartada ciudad de Anatolia, viaja a Kars como corresponsal de un periódico de Estambul. Con el pretexto de cubrir las elecciones locales y una serie de suicidios de muchachas musulmanas ortodoxas, a las que se les ha impedido asistir a clase con pañuelo, propone a Ipek en matrimonio para llevársela a Francfort. Sin embargo, las pesquisas para el artículo lo involucran en las intrigas políticas locales y la convulsa realidad de Kars acaba por alcanzarle. Una patética función de teatro deviene en sangriento golpe militar y nadie en la ciudad, que queda aislada por la nieve, escapa de la repentina erupción de violencia.

Resulta difícil resumir el intrincado entramado argumental de Nieve, una combinación de thriller político, novela de artista, historia de amor y novela de ideas. Tras el resumen sucinto, sin embargo, asoma la mecha de su contenido explosivo. Nombrar en Turquía la masacre armenia de 1915, tematizar la represión brutal del conflicto kurdo, señalar las crecientes dificultades del Estado laicista con el islamismo político, equivale a un sacrilegio. Descubrir, al mismo tiempo, la cara oscura de una nación con una altísima tasa de paro y falta general de formación, en una historia donde los hombres pasan el día en la casa del té, las mujeres se resignan a las palizas y los jóvenes ven en el suicidio la única salida a sus problemas espirituales, no contribuye a hacerse amigos en un país esforzado en ofrecer una imagen de democracia moderna, en aras de la anhelada entrada en la UE.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Ese amor, Yann Andréa

Ese amor - Yann Andréa
Tusquets


Él, Yann Andréa, tenía 27 años. Ella, la gran Marguerite Duras, tenía 65. Él creyó enamorarse, actuaba, vivía y respiraba como si realmente lo estuviera. Ella, sin embargo, era la única que parecía conocer la verdadera identidad de su acompañante. Se querían, se respetaban, pero era una relación tormentosa, imposible. Y no por la edad, no, eso nunca importó. Más bien por sus carácteres, por su naturaleza. Eran amantes y cómplices y cuando ella se murió él creyó morir también a su vera. Como consecuencia vino la soledad, la autodestrucción, el salvajismo del ser humano, el animal que llevamos dentro. La escritura vino después, poderosa, reclamando su sitio. Y así surgió este libro, esta larga carta de amor.

Cada palabra contiene en su interior un profundo sentimiento y un imperioso dolor aún latente. Esconde, Yann, entre las líneas el desgarro que le produce en cada átomo de su cuerpo la ausencia de Marguerite, el pasado y el tiempo que nunca volverán, las risas, la bebida que sabía mejor a su lado, las calles de París. París, cuna y tumba de su amor, testigo mudo de rumores, críticas, pero también de mucho cariño y respeto. París, la tumba de la Duras, y de Yann. Tras su muerte él nunca volvió a ser el mismo.

Fueron uno, durante muchos años fueron uno, en cuerpo, en pensamiento, en literatura, en palabras. Las que se dedicaban, las que se reprochaban. Fueron uno en la cama y uno en las discusiones. Fueron uno en la muerte de Duras. Tuvieron el coraje, durante todo ese tiempo que permanecieron unidos “no se sabe por qué”, como decía ella, de seguir adelante, callando rumores. Les separaba un gran agujero pero no importaba. Qué más daba. Frente a la fachada del edificio en el que vivían colgaba un gran cartel, como los del Moulin Rouge, con la palabra “imposible”. Una auténtica sentencia final. Aguantaron. Tiránicamente.

Aún hoy a Yann, que sigue vivo, y a nosotros, que les admiramos, nos quedan los libros de la Duras, ese ser extraño que nos deleita en cada libro, aunque a veces no entendamos ni palabra. Este libro nos permite conocerla un poco mejor. A Yann le quedan también sus palabras, sus recuerdos. Y a los dos juntos, como debería ser, a Andréa, a Marguerite, les queda la eternidad.

Entrevista a Orhan Pamuk

MIGUEL ÁNGEL VILLENA 24/09/2005


El escritor turco Orhan Pamuk ha reflejado en su última novela, Nieve, la compleja situación que vive su país en la encrucijada entre Oriente y Occidente. Premio de la Paz de los libreros en la próxima Feria de Francfort, Pamuk es un intelectual incómodo en su tierra, donde ni militares ni islamistas le perdonan su voz independiente. En esta entrevista repasa la situación de Turquía y analiza su novela.

Orhan Pamuk publica en estos días en español su última novela, Nieve (Alfaguara), poco después de que un tribunal turco le haya acusado de haber "insultado deliberadamente" a la identidad nacional, unos cargos que pueden sentarlo en el banquillo tras un proceso judicial que comenzará en diciembre. Entretanto, Pamuk prepara su próximo viaje a Francfort, donde recibirá en octubre el Premio de la Paz que otorgan los libreros alemanes, una de las distinciones culturales más importantes de Europa. Desde su casa en Estambul, el novelista concedió una entrevista telefónica a este diario sobre Nieve, una novela que constituye un monumental friso de la sociedad turca de los últimos años.


PREGUNTA. Nieve en turco se dice kar, el protagonista de este libro se llama Ka y la ciudad en la que transcurre la historia se llama Kars. Usted describe la nieve como algo que representa el aislamiento, la belleza, la frialdad, todo unido. ¿Por qué ha prestado tanta atención a la nieve como fenómeno y símbolo?